Todos tenemos idea de la gran cantidad de residuos que generamos, fenómeno que se registra principalmente en los países más “desarrollados”de tal forma que su procesamiento crea un problema social, económico, ecológico; estos residuos existen en proporción al consumo”…(en la mayoría de los países africanos no hay residuos…es que no tienen qué consumir…).Consumimos “ todo” desde alimentos : (dulces, postres harinas refinadas, desnaturalizados, procesados, ) bebidas (saborisadas, edulcoradas, gasificadas..), consumimos, alcohol, sedantes, estimulantes, TV, sexo, incluso el ir de compras….todo esto lo usamos como anestésico, en un intento inconciente por suprimir la incomodidad básica…es así como una actividad o consumo moderado que podría ser agradable se convierte en una actividad compulsiva, aditiva que nos produce un placer efímero para pasar nuevamente a un estado de desasosiego, miedos, inseguridad, ira, agresión interna, discriminación….Recordemos la frase popular es más rico el que menos necesita…Si realmente fomentáramos en nosotros el verdadero amor, comprensión, perdón, si nos diéramos cuenta de lo efímera que es nuestro paso por la tierra, de que lo que es imperecedero no se ve, nos ayudaríamos más los unos a los otros y nos despojaríamos de lo inútil, trivial y vacuo del consumo…de ocuparnos de la marca de la remerita o el exagerado confort del coche o vivienda…Pensemos que mientras haya violencia, hambre, falta de respeto en el mundo vamos a seguir consumiendo para tapar lo que no queremos o no podemos ver, ya que todos pertenecemos a la misma conciencia cósmica..Toda la industria de la publicidad y la sociedad de consumo se derrumbaría si dejáramos de buscar nuestra identidad a través de las cosas… de esta forma habría menos residuos en nuestro países desarrollados…caminaríamos por calles limpias, navegaríamos por mares transparentes, nadaríamos por ríos pletóricos de vida….viviríamos….

Dra. Rosa Giunchi (médica de orientación antroposófica)