La Antroposofía, del griego sabiduría del hombre, se presenta como una filosofía de vida, una manera de ver e interpretar el mundo. Es una cosmovisión que permite profundizar las relaciones entre la Naturaleza, el Hombre y el Cosmos, encontrando las respuestas para las preguntas que surgen sobre los misterios de la vida.
Ha sido desarrollada, en los comienzos de la década del veinte, por Rudolf Steiner quien, nacido en 1861, en Kraljevec, antiguo Imperio Austro-húngaro, hoy Croacia, muere en 1925, en Dornach, Suiza. Hijo de familia humilde, cursa sus estudios en la Escuela Técnica Superior de Viena; posteriormente, se doctora en Filosofía, en la Universidad Alemana de Rostock. Desde muy joven, se enfrentó a la tarea de encontrar el camino que pueda conducir a la Ciencia Espiritual, desde las Ciencias Naturales, basándose en métodos rigurosos o fiables. Encuentra gran ayuda en esta tarea, cuando se le confía la preparación de la edición completa de las obras científicas de J. W. Goethe.
A través de su polifacético quehacer, fruto de hondas investigaciones y contenido en numerosos libros y en casi seis mil conferencias pronunciadas en diversas naciones europeas, Rudolf Steiner se presenta como un gran intérprete de la cultura de todas las épocas, de la cual extrae su significado más profundo, con el propósito de lograr que la humanidad alcance una conciencia superior. Ha aportado, además, los elementos necesarios para desarrollar un camino espiritual para Occidente, camino que puede ser iniciado por todos y cada uno de nosotros, sin ningún tipo de condicionamiento.
Con su obra renovó y amplió los contenidos de la Filosofía, la Medicina y las Ciencias Sociales; creó la Agricultura Biológico-dinámica, en armonía con la naturaleza y el cosmos; la Pedagogía Waldorf y la Pedagogía Curativa, basadas en el hondo conocimiento de la naturaleza humana. En el ámbito de la creación artística, introdujo novedosos aportes a la Arquitectura, Escultura, Pintura, Música, Teatro y Formación del Habla; creó la Euritmia, como un nuevo arte del movimiento.
La Ciencia actual nos muestra sólo una parte de la realidad, la que abarca a los fenómenos accesibles a los sentidos físicos. Por otra parte, las Ciencias deben su desarrollo y sus éxitos técnicos al principio que llamamos del "adelantar"; es decir, se franquean los límites impuestos por los órganos de los sentidos, armándolos de instrumentos que permiten acercarnos a regiones del macrocosmos (estrellas) y del microcosmos (célula y átomo) hasta el momento inaccesibles. Rudolf Steiner, mediante sus investigaciones, la amplía y complementa sentando las bases de una Ciencia de lo Espiritual que estudia, objetivamente, las leyes de lo suprasensible, iluminando las distintas esferas de la cultura humana como un Todo. La Ciencia Espiritual de Rudolf Steiner, por medio de un adiestramiento apropiado y consciente, permite un ?adelantar? complementario, orientado hacia el interior del ser humano, como una ampliación de la conciencia. Y, así, formuló las bases para implementar la espiritualidad en las cosas de la vida cotidiana.
Actualmente, la humanidad se ha separado de su origen espiritual y de las fuentes de la sabiduría; sólo ellas permiten encontrar los caminos reales en el sentido del bien, lo verdadero y lo bello. Lo estamos viendo en todos los sectores de la Ciencia, la Filosofía, la Pedagogía, la Medicina, las Ciencias Sociales, las Artes y hasta en la Agricultura; hoy, enfrentamos con nuestro intelecto no solamente los nuevos temas sino también anormalidades y perturbaciones. En una palabra, la humanidad toda enfrenta una crisis nunca experimentada. Vaclav Havel, escritor y presidente de la República Checa, expresa de manera elocuente la crisis por la que atraviesa la humanidad:
"La ciencia moderna clásica describió sólo la superficie de las cosas, una dimensión simplista de la realidad. Y mientras más dogmáticamente la ciencia la trató como una única dimensión, como la esencia de la realidad, más errónea estuvo. Quizá sepamos mucho más que nuestros ancestros sobre el Universo, pero aún así parece mucho más probable que ellos conocieran algo más esencial de lo que nosotros sabemos, algo que se nos escapa... Así, nosotros gozamos de los logros de la civilización moderna que han hecho nuestra existencia física más fácil en muchos ámbitos importantes. Pero aún no sabemos exactamente qué hacer con nosotros mismos, dónde dar la vuelta. El mundo de nuestras experiencias se ve caótico, confuso. Los expertos pueden explicar cualquier cosa del mundo objetivo pero, de nuestras vidas, entendemos cada vez menos."
La Antroposofía brinda al hombre un camino para volver a encontrar la entrada al mundo espiritual, conservando las fuerzas intelectuales (una ínfima expresión del Pensar), conseguidas a lo largo de su proceso evolutivo. Con el pensar y en plena conciencia, el hombre recibirá la revelación del mundo espiritual.
En nuestro quehacer cotidiano podemos encontrar que la Antroposofía, aplicada a la Medicina, da como resultado una ampliación del arte de curar. Fue desarrollada, a partir de 1929, por Rudolf Steiner en colaboración con la Dra. Ita Wegman y otros médicos. La teoría del conocimiento antroposófico parte de una concepción unitaria del ser humano, formado por su cuerpo físico, en el que opera un campo de fuerzas vitales, una instancia anímica y su propio espíritu individual. La Antroposofía, así aplicada a la Medicina, utiliza métodos científicos adecuados para investigar las leyes tanto de lo vivo como de lo psíquico espiritual humano y su participación en la enfermedad, apoyada siempre en una biografía racional.
La Medicina de Orientación Antroposófica no es asimilable a la Fitoterapia, aunque utilice doscientos cincuenta plantas como punto de partida para la elaboración de parte de sus productos, ya que concede mayor importancia a las sustancias de origen mineral natural. Tampoco se la puede equiparar a un tipo de Homeopatía. De ésta sólo adoptó, y de forma muy modificada, la técnica de la potenciación.
La Medicina de Orientación Antroposófica se caracteriza por utilizar no sólo remedios terapéuticos propios, con métodos de elaboración originales, sino también terapias artísticas, las cuales ha desarrollado ampliamente.
Cuando Rudolf Steiner era joven trabajó como tutor para una familia de Viena en la que había un niño considerado ineducable pues era hidrocefálico. Steiner logró su transformación y el niño al crecer, estudió medicina, ejerciendo como médico. Esta experiencia resultó de vital importancia para Rudolf Steiner, dando como resultado muchas de sus innovaciones educativas, tanto para niños normales como para niños "especiales". De esta manera, la Antroposofía aplicada a la Pedagogía permite la aparición de una excelencia pedagógica: la Pedagogía Waldorf y dedica una inédita atención a los niños ?especiales?, dando lugar a la creación de la Pedagogía Curativa. Partiendo de la premisa de que un ser humano es una entidad espiritual no sólo sobre la Tierra sino también antes de haber nacido y después de su muerte, podemos pensar que ninguna deficiencia corporal o mental es producto del azar o de la desgracia, por el contrario, tiene un sentido y una finalidad: la transformación del curso de la vida. Así, el niño deficiente deberá aprender a vivir con su deficiencia y dominarla para lo cual habrá que ayudarlo a que encuentre, dentro de sí, lo más sagrado del ser humano: su ser espiritual. Dentro de este marco de referencia, la Pedagogía Curativa trata de crear, alrededor del niño, una atmósfera de paz y amor con el propósito de regenerar su alma. La misión del educador será cuidar el alma y, así, permitir a la individualidad revelarse y desarrollarse.
La Antroposofía aplicada al movimiento da como resultado la creación de la Euritmia: arte del movimiento surgido a comienzos del siglo XX, época de grandes cambios en el camino hacia nuevas formas de expresión. No es una danza, en el sentido usual, y si nos proponemos sondear en su naturaleza penetraremos en los arcanos de la creación humana, en aquellas leyes superiores universales que una vez crearon la forma de este microcosmos que somos. Euritmia quiere decir ritmo armonioso y el ritmo es la constante de todo lo viviente; es decir, del universo entero. Es posible descubrirlo en el movimiento de contracción y expansión de todas las polaridades que observamos en el día y la noche, en el crecimiento de las plantas y en el flujo y reflujo de los mares.
La Euritmia se inspira en la poesía y en la música, traduciendo en movimientos espaciales lo que se escucha para llegar a la idea, al arquetipo que alcanzó el poeta o el compositor al crear su obra, plena de contenido y vivencias. Se expresa principalmente con los brazos y las manos, instrumentos de gran elocuencia. Los ejercicios rítmicos y geométricos, con los que comenzamos, permiten adquirir la habilidad en el cuerpo que está, íntimamente, ligada con la movilidad de la vida anímica. Los sentidos se afinan imitando la riqueza y plenitud de cada movimiento, haciéndose cada vez más aptos para expresar lo audible.
En Buenos Aires y sus alrededores, además de escuelas y jardines de infantes Waldorf, hay centros de pedagogía curativa para niños que necesitan cuidados especiales, así como centros terapéuticos, artísticos y un laboratorio de especialidades medicinales y de cosmética natural. Estos impulsos están surgiendo igualmente en el interior del país donde, en diversos emprendimientos, se cultivan campos con el método de la agricultura biológica dinámica. Estas son iniciativas que quieren trabajar en el mundo, según los lineamientos legados por Rudolf Steiner, y, de esta manera, mostrar que otros y nuevos caminos son posibles. Aquellos que se acercan buscando algo nuevo, para sí y sus hijos, descubren que no se trata de meras teorías sino que, en esos caminos, viven fuerzas capaces de iluminar y vivificar todos los aspectos de la vida.